Llegan tres hombres al infierno, un Mexicano, un Gringo y un Hindú El diablo les dice:

 -Bueno, pues les daré una oportunidad, aquel que aguante  tres latigazos míos se puede ir al cielo, además se podrán poner lo que quieran en la espalda.

 Los hombres aceptan, y primero el Gringo, toma una loza de concreto grandísima, el diablo, al primer latigazo rompe la loza, y el gringo dice:

 -¡Ya, ya!, ni modo, aquí me quedo.

 Después el Hindú pasa y se arrodilla, y le dice el diablo:

 -¿A poco muy canijo?, ¿que no te vas a poner nada en la espalda?,

 y el Hindú contesta:

 -¡Yo solo necesito meditación!

 El diablo contesta:

 -Bueno, como quieras…

 Da el primer latigazo y el Hindú solo gime un poco, el segundo latigazo y el Hindú tranquilo, el tercer latigazo y el Hindú como la fresca mañana; entonces dice el diablo, bueno, pues lo prometido es deuda, te puedes ir al cielo.

 El Hindú le contesta:

 -Ni madres, yo quiero ver al Mexicano, siempre nos friegan en los chistes y ahora quiero ver con que jalada sale.

 El turno del Mexicano, se arrodilla, y el diablo le dice:

 -¿Tu tampoco te pones nada en la espalda?

 El Mexicano contesta:

 -¿Puedo ponerme lo que yo quiera?

 Le dice el diablo:

 -¡Lo que quieras!

 Y el Mexicano responde:

-A ver Hindú ¡vente para acá!

 


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