Chino billetes iba conduciendo su lujoso Ferrari rojo recién salido de la agencia por la autopista un sábado por la noche cuando de repente mira por el espejo retrovisor un auto que le viene haciendo cambio de luces y piensa que lo está retando a una carrera, por lo que acelera a fondo y llega a una velocidad de casi 170 km por hora.

Vuelve a mirar el espejo retrovisor y de pronto ve que se le encienden unas torretas de luces azules y rojas al auto de atrás las cuales van acompañadas de una sirena: ¡Era una patrulla de policía!

Preocupado se detiene a la orilla de la carretera al darse cuenta de su error.

La patrulla se detiene detrás de él y ella baja un policía grandulón con cara de pocos amigos, el cual se acerca a la ventanilla del Ferrari y le dice a Chino Billetes:

-Buenas noches caballero. Veo que tiene mucha prisa. ¿Sabe? He tenido un día sumamente difícil y me faltan menos de 10 minutos para terminar mi turno. Así que espero que me dé una buena excusa del porque iba conduciendo a tan alta velocidad y me evite la pena de ponerle una infracción.

Chino Billetes se queda pensando y le dice al oficial:

-Señor oficial, resulta que el domingo pasado mi esposa me abandonó por irse a vivir con un policía.

El oficial extrañado pregunta:

-¿Y eso que tiene que ver con su exceso de velocidad?

Inmediatamente Chino Billetes responde:

-Es que al ver la patrulla ¡pensé que era el mismo policía que me quería alcanzar para devolverme a mi mujer!



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