Llega el esposo a su casa después de un cansado día de trabajo y encuentra a su esposa que para variar está de muy mal humor, con la cara como cuando comes limón agrio.

Al ver esto el esposo le dice:

-¿Qué crees mi amor?

Contesta la esposa en torno amargoso:

-¿Crees que estoy para adivinanzas?

El esposo sin borrar la sonrisa de su rostro le dice:

-¡Te compré una LAMPARA DE ALADINO!

Sorprendida y sin dejar de fruncir el ceño la esposa contesta:

-¿Y para que quiero una lámpara de esas?

El esposo casi a punto de explotar de risa responde:

-Para que ¡GUARDES ESE MALDITO GENIO QUE TE CARGAS!


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